En cada pieza Rovira, hay un concepto, una historia y un descubrimiento.

Dí la palabra y no la repitas.

La palabra mágica era “conejo”

…y la debíamos decir el día 1 de cada mes. Con ese ritual la buena fortuna estaría de nuestro lado. Hoy conservo esa costumbre infantil como un talismán. Aunque ahora sé que la suerte no se invoca tan fácil; lo que nos fortalece y ampara es el abrazo en las palabras y en los gestos compartidos.

No hay más suerte que esa, no hay mayor magia que el lenguaje y los puentes que nos unen.

La simplicidad es la máxima sofisticación

Cada joya es la búsqueda de un diseño contemporáneo y la perdurabilidad de lo clásico.

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